Ni cerveza ni refrescos: estas son las mejores bebidas para quitar la sed en verano
Descubre por qué algunas bebidas pueden favorecer la deshidratación y conoce alternativas saludables que ayudan a mantener el equilibrio hídrico durante las altas temperaturas

Varias bebidas.
Ante la llegada del calor estival, buscamos bebidas refrescantes para combatir las altas temperaturas y mantener una correcta hidratación. Sin embargo, contrario a lo que muchos piensan, opciones tan populares como la cerveza o refrescos no son las más adecuadas para este propósito. Los expertos en nutrición señalan que, pese a su refrescante sabor, estas bebidas pueden contribuir paradójicamente a una mayor deshidratación debido a su efecto diurético.
Un reciente estudio publicado por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) revela que el consumo de bebidas alcohólicas durante episodios de calor intenso puede incrementar el riesgo de deshidratación en un 27%. Frente a esta situación, los especialistas apuntan a alternativas más saludables y efectivas que no solo ayudan a calmar la sed, sino que contribuyen a mantener el equilibrio hídrico del organismo sin efectos secundarios contraproducentes.
La clave para elegir correctamente qué beber cuando hace calor reside en comprender que no todas las bebidas hidratan por igual. Mientras algunas opciones favorecen la retención de líquidos y minerales esenciales, otras pueden provocar el efecto contrario, algo especialmente relevante durante las olas de calor que cada vez son más frecuentes e intensas en nuestro país.
El agua, líder indiscutible en hidratación
El agua se posiciona, sin lugar a dudas, como la mejor opción para combatir la sed y mantener una correcta hidratación corporal. Según afirma el Dr. Antonio Villarino, presidente de la SEDCA, "el consumo regular de agua es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, especialmente durante periodos de altas temperaturas donde la pérdida de líquidos se incrementa considerablemente".
Los datos no mienten: nuestro cuerpo está compuesto aproximadamente por un 60% de agua, y mantener este balance es crucial para el funcionamiento adecuado de órganos vitales. La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo diario de entre 2 y 2,5 litros de agua, cantidad que debe aumentarse durante los meses estivales.
Para quienes buscan variedad sin renunciar a los beneficios, el agua con gas representa una excelente alternativa. Un estudio realizado por la Universidad de Barcelona demostró que su capacidad refrescante es un 23% superior a la del agua convencional debido a la sensación que producen las burbujas en el paladar. Además, añadir rodajas de cítricos como limón o naranja, o incluso pepino y hojas de menta, puede transformar esta bebida básica en una opción mucho más atractiva sin sumar calorías innecesarias.
Infusiones frías y café, alternativas sorprendentes
Las infusiones frías han ganado popularidad en los últimos años como alternativa refrescante y saludable para los días calurosos. El té verde con limón y hierbabuena no solo aporta una sensación refrescante inmediata, sino que además contiene antioxidantes que contribuyen a combatir los radicales libres producidos por la exposición solar.
El té oolong, menos conocido en España pero muy apreciado en países asiáticos, combina perfectamente con especias como la cúrcuma y el jengibre, creando una bebida que además de hidratar posee propiedades antiinflamatorias. Según un estudio del Centro de Investigación en Nutrición de Madrid, las infusiones frías pueden retener hasta un 85% de los compuestos beneficiosos presentes en su versión caliente.
Por otra parte, el café rompe con el mito de ser una bebida deshidratante. Investigaciones recientes publicadas en la revista European Journal of Nutrition han demostrado que su consumo moderado (hasta 4 tazas diarias) no produce efectos negativos en la hidratación corporal. De hecho, el café frío o cold brew, elaborado mediante una infusión lenta en agua fría durante 12-24 horas, presenta niveles más bajos de acidez y resulta especialmente refrescante.
Bebidas caseras: control total de ingredientes
Preparar bebidas refrescantes en casa supone una ventaja significativa: el control total sobre los ingredientes utilizados. Las limonadas caseras son un clásico veraniego que, elaboradas con zumo natural de limón, agua y un toque de miel o estevia en lugar de azúcar refinado, proporcionan vitamina C e hidratación sin calorías excesivas.
Los granizados naturales a base de frutas como sandía, melón o fresas constituyen otra alternativa excelente. La sandía, por ejemplo, contiene un 92% de agua en su composición, además de licopeno, un potente antioxidante. Un estudio de la Universidad de Navarra señala que el consumo de estas frutas con alto contenido en agua puede cubrir hasta un 20% de las necesidades hídricas diarias.
Las aguas saborizadas caseras son tendencia por su sencillez y versatilidad. Combinaciones como pepino con menta, fresas con albahaca o naranja con canela permiten disfrutar de sabores refrescantes sin añadir azúcares ni conservantes artificiales. Estas preparaciones pueden mantenerse refrigeradas hasta 48 horas, facilitando su disponibilidad durante los días más calurosos.
¿Por qué el alcohol no es recomendable para combatir la sed?
A pesar de su popularidad en terrazas y reuniones veraniegas, las bebidas alcohólicas como la cerveza no son recomendables para combatir la sed. El alcohol actúa como diurético, incrementando la producción de orina y provocando una mayor pérdida de líquidos y electrolitos esenciales.
Además, el alcohol dilata los vasos sanguíneos periféricos, lo que inicialmente produce una sensación de calor que, aunque después genera una falsa sensación de frescor, en realidad está alterando los mecanismos naturales de termorregulación del organismo.
Recomendaciones para una hidratación óptima en verano
Para mantener una hidratación adecuada durante los meses de calor, los expertos recomiendan seguir algunas pautas básicas. En primer lugar, no esperar a tener sed para beber, ya que esta sensación indica que ya existe un cierto grado de deshidratación. Lo ideal es establecer una rutina de ingesta de líquidos distribuida a lo largo del día.
Asimismo, es aconsejable adaptar el consumo de líquidos a la actividad física realizada y a las condiciones ambientales. En días especialmente calurosos o durante la práctica deportiva, las necesidades hídricas pueden aumentar hasta en un 50%, según indica la Federación Española de Medicina del Deporte.
Finalmente, prestar atención al color de la orina puede servir como indicador del estado de hidratación: un tono amarillo claro o transparente sugiere una hidratación adecuada, mientras que colores más oscuros pueden indicar la necesidad de incrementar la ingesta de líquidos.