Motor económico, motor ecológico
El Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici cumple 70 años como símbolo de la convivencia posible entre naturaleza en estado virgen y seres humanos. No es solo un paisaje majestuoso de agua, granito y leyendas; es, sobre todo, una palanca vital para el desarrollo sostenible del Pirineo. Con más de 588.000 visitantes en 2024, Aigüestortes no solo conserva ecosistemas de alta montaña en un contexto de cambio climático acelerado, sino que también sostiene económicamente a decenas de familias en cuatro comarcas pirenaicas. Guías de naturaleza, intérpretes del patrimonio románico, empresas de turismo activo y un entramado de servicios asociados encuentran en el parque no una amenaza, sino una oportunidad de futuro. Como bien señala una de sus informadoras, “es una opción de arraigo para los jóvenes en el territorio”. Pero esta joya natural no se mantiene sola. El parque requiere gestión, planificación y visión a largo plazo. Su actual Plan Rector de Uso y Gestión data de 2003, y urge su renovación para adecuarse a una nueva realidad: más visitantes, más presión ambiental, más urgencias climáticas. A la vez, el debate de la reversión de concesiones hidroeléctricas –algunas con fecha de expiración ya en el horizonte de 2028– evidencia que la transición energética en espacios protegidos sigue siendo un terreno de fricciones políticas y económicas.Aigüestortes también es un lugar donde las leyendas se susurran entre lagos y ermitas románicas. Donde la espiritualidad del paisaje se traduce en educación ambiental, memoria histórica y vivencias compartidas. De ahí la importancia de figuras como los guías interpretadores, que aportan una dimensión cultural insustituible.En un tiempo en que los parques nacionales corren el riesgo de convertirse en parques temáticos, Aigüestortes representa un modelo distinto. Uno que combina conservación, identidad y economía real. Un modelo frágil, sí, pero profundamente valioso.El futuro del Pirineo no pasa por abandonar la montaña, sino por entenderla. Y el Parc Natural d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, con sus más de 250 lagos, lo demuestra día tras día.
La revolución necesaria
La consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat, Sílvia Paneque, se mostró ayer partidaria en Mollerussa de “multiplicar por 10” las energías renovables, lo que calificó como un salto comparable al que hace falta en vivienda en Catalunya. Las jornadas de la Asociación Española de Productores de Energía Renovables pusieron en evidencia que la revolución verde es inaplazable. Catalunya no puede seguir a la cola del Estado.