Los precios de la vivienda y los sueldos
Los alquileres en Lleida ciudad son un 49,9% más caros ahora que hace diez años. Así lo constatan los datos del departamento de Vivienda, que muestran que en 2014 el precio medio en la capital era de 375,19 euros, mientras que la última cifra publicada, de finales del año pasado, se situaba en los 562,57 euros. Un aumento que también se ha notado en el conjunto de la demarcación, en la que los arrendamientos han pasado de los 347,38 euros a los 502,85 euros en el mismo período, lo que supone un 44,7% más. Por comarcas, el incremento es generalizado, pero destacan por encima del resto el Alt Urgell y el Pallars Jussà. En la primera los precios han pasado de los 351,99 euros de media de hace 10 años a los 558,85 actuales, un 58,7% más, mientras que en el Jussà la subida es del 52,6%, de los 267,06 a los 407,8 €. En el otro extremo está, curiosamente, la Val d’Aran, que registra la menor subida de las comarcas leridanas, un 33,2%. En 2015 sus alquileres eran de 510,84 euros, mientras que ahora son de 680,47. Le sigue Les Garrigues, donde el incremento ha sido del 37,8% (de los 309,45 a los 426,51 euros actuales). Los agentes de inmobiliarias atribuyen este incremento de precios a que Lleida venía de unos alquileres bajos y se ha adaptado al precio del mercado y probablemente tengan razón. Pero el problema para miles de personas, adultas y jóvenes, además de las familias, es que este encarecimiento de todo lo relacionado con la vivienda, tanto de obra nueva, como de segunda mano o de alquiler, es que estos precios no son equiparables a los sueldos que se cobra de media, en Lleida y en el resto de Catalunya. Y esta desproporción provoca que muchas personas tengan que compartir vivienda o vivir en habitaciones, que muchos jóvenes no puedan independizarse hasta pasados los 30 años o 40 años y que el hacinamiento y la okupación estén demasiado generalizados. Todas las istraciones están intentando poner remedio a esta falta de vivienda que la encarece y sin duda esta ha de ser la prioridad de los próximos años, sin olvidar el poder adquisitivo, es decir, los sueldos.
Festa Major
Entre tantas guerras (reales, dialécticas y emocionales), cónclaves, bulos, finales deportivas de infarto, precios de la vivienda, finales de curso e inscripciones para el próximo, enfermedades, apagones e inseguridades varias, no hay como hacer unos días de descanso para reencontrarnos con la esencia de la vida: familia, amigos, convecinos y espacios de pueblos y ciudades que son un auténtico pulmón de energía. La Festa Major que celebran estos días Lleida, Alcoletge, Soses y Tàrrega, entre otros, es un oasis en nuestro desierto cotidiano. A disfrutarlas.