Aclarar la causa del colapso y reforzar la red
Lleida, Catalunya y toda España recuperaron casi al 100% la normalidad el día después del apagón, con la gran excepción del transporte ferroviario. Los servicios regionales entre Lleida y Barcelona por las líneas de la costa y por la de Cervera y Manresa quedaron anulados y también hubo trenes de alta velocidad suspendidos o que acumularon grandes retrasos. El funcionamiento de la telefonía móvil y fija también sufrió algunos problemas a lo largo de todo el día pero, por lo demás, no hubo grandes incidencias. Ahora ha comenzado la fase de valoración de las pérdidas, que en Lleida se estiman en unos 80 millones de euros, de acuerdo con los cálculos que la patronal Pimec hizo a nivel catalán. Habrá que ver si las aseguradoras acabarán indemnizando a los afectados o se articularán ayudas públicas para ellos, un proceso que en todo caso llevará un tiempo. Más urgente resulta aclarar de una vez las causas de este gigantesco apagón sin precedentes que afectó a toda la península Ibérica. Ayer por la mañana, Red Eléctrica Española (REE), la empresa de la que el Estado es titular de un 20% de sus acciones y que es la encargada de gestionar todo el sistema, descartó que fuera un ciberataque y apuntó hacia los titulares de plantas solares en el suroeste de España, afirmando que la principal hipótesis hacía referencia a dos desconexiones masivas de estas plantas en tan solo 5 segundos. Sin embargo, por la tarde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció una comisión de investigación para determinar el origen del colapso, sin descartar un ciberataque, y dejó claro que exigirá “las responsabilidades pertinentes a todos los operadores privados”, entre ellos a la propia REE. Además, indicó que solicitarán a organismos europeos una evaluación independiente de lo sucedido. Sánchez negó que la causa del apagón pueda ser un exceso de generación de las renovables y, por el contrario, aseguró que “las nucleares, lejos de ser una solución, han sido un problema” durante esta situación de crisis. No obstante, al margen de quién sea el responsable o responsables, este desaguisado ha evidenciado que la red eléctrica estatal es vulnerable. Algunos científicos como Antonio Turiel, al que frecuentemente se le tilda de catastrofista, llevaban un tiempo advirtiendo de que la red eléctrica española había bordeado el colapso en más de una ocasión debido a la falta de mecanismos de estabilización para regular las variaciones de generación de energía por un lado y de la demanda por el otro. Al final, lo único catastrófico ha sido que se ha demostrado que tenía razón. Por eso hay que priorizar las inversiones para evitar un nuevo episodio como este, para lo que debe haber consenso entre las principales fuerzas políticas. Los sistemas eléctrico e informático son claves en una sociedad tan tecnológica como la nuestra y garantizar su fortaleza no da votos, pero es indispensable.