El potencial turístico de Lleida
La temporada de esquí bajó el lunes el telón y todo apunta a que se alcanzarán los 1,4 millones de forfaits de la anterior campaña, con lo que el Pirineo consolida su potencial dentro del sector del turismo de invierno. Las estaciones recibieron a 52.000 visitantes durante esta Semana Santa, lo que supone alrededor del 60% de los que vinieron a las comarcas de Lleida. Tal como publicábamos en nuestra edición de ayer, los establecimientos turísticos registraron unas 260.000 pernoctaciones generadas por más de 85.000 personas, con un impacto económico de unos 23 millones de euros. Uno de los aspectos que también hay que destacar es que se confirma la tendencia iniciada hace un tiempo de una creciente diversificación de destinos y de actividades dentro de la demarcación. El esquí mantiene su tirón dentro de la Semana Santa, pero los bungalows y los campings de las comarcas del llano han colgado el cartel de completo, mientras que la ocupación de las casas rurales, que también abundan fuera del Pirineo, ha superado el 80%. Son buenos datos que confirman la importancia de contar con una oferta cada vez más diversificada y que plantee a los turistas la posibilidad de combinar diferentes actividades e itinerarios. Además, también debe servir para potenciar el mercado de los productos de primera calidad que produce el sector agroalimentario local. Hay que continuar perseverando para fidelizar visitantes e ir captando de nuevos, partiendo de la base de que hay que primar la calidad frente a la cantidad.
La falta de nichos nuevos
Las incineraciones de difuntos han ido ganando peso en relación con los entierros a lo largo de los últimos años en Lleida ciudad, lo que ha reducido las necesidades de construcción de nuevos nichos en el cementerio. Tanto el ayuntamiento de la capital como muchos otros también han impulsado la reutilización de sepulturas a medida que sus titulares no renuevan sus derechos una vez finalizado el periodo de concesión. No hay nada que objetar a esta práctica, pero en ningún caso debe ser óbice para que no haya una oferta suficiente de tumbas por estrenar, porque las personas que pierden a un ser querido y no quieren optar por la incineración, sea por el motivo que sea, tampoco deberían verse obligadas a tener que utilizar un nicho de segunda mano como única salida, porque además lo habitual es que buena parte de ellos se encuentren en departamentos antiguos y estén visiblemente deteriorados. Así que sería bueno que la Paeria construya cuanto antes los 78 nuevos previstos y que de cara al futuro planifique las obras con antelación para que no se repitan este tipo de situaciones que se han convertido en bastante habituales desde hace unos años.