Las verdades de Jean Reno
Jean Reno es un caso ciertamente atípico. Nacido en Casablanca (1948) cuando aún era protectorado francés, de padres andaluces, es uno de los mejores actores ses, aunque tenga también la nacionalidad española. En casa nos cae bien desde dos de sus trabajos que, sin duda, no están ni en el top 20 o 30 de su filmografía: Wasabi, el trato sucio de la mafia (2001), en que demuestra su gran vis cómica, pero sobre todo por protagonizar, en el 2016, Las pequeñas cosas, el corto promocional de ese verano de la cerveza Damm donde, además, se reía de sí mismo. El caso es que quizá porque se prodiga muy poco en las televisiones de este país, o a lo mejor es porque sus declaraciones no suenan ni a huecas ni a impostadas, acostumbrados como estamos al “ja, ja, ji, ji” de los invitados de turno. Cumplidos ya los 70 contempla la vida desde la lejanía y desde su finca-retiro en La Provenza. Así impactó oírle decir en casa de Motos lo de “ser actor o cantante no es una gran cosa. Ser cirujano y salvar vidas, sí”. ¡Ah, y ese día, El Hormiguero le dio un buen meneo a La revuelta de Broncano!