El Parc Natural de l'Alt Pirineu lucha desde hace más de quince años contra una especie invasora en el pantano de la Torrassa
Durante este tiempo se han retirado más de treinta toneladas de esta planta exótica del pantano de la Torrassa en el Pallars Sobirà

Operarios retirando elodea del pantano de la Torrassa
El Parc Natural de l'Alt Pirineu, en colaboración con el Ayuntamiento de la Guingueta d'Àneu, ha completado una nueva campaña de extracción de elodea, una peligrosa planta invasora que afecta gravemente al ecosistema del pantano de la Torrassa. Durante las últimas dos semanas, se han conseguido retirar más de tres toneladas de esta especie exótica originaria de Norteamérica, sumando ya más de treinta toneladas en el total de las quince campañas realizadas hasta ahora.
La retirada de esta planta acuática se realiza mediante un proceso completamente manual, utilizando rastrillos, horcas y carretillas oruga. A pesar del esfuerzo anual, el director del Parque Natural, Marc Garriga, ha reconocido que se trata "de una medida insuficiente" para "erradicar" definitivamente esta especie invasora. Garriga ha destacado que, a pesar de ser "imposible eliminarla completamente", estas actuaciones preventivas anuales son fundamentales para "reducir la presencia" y así "minimizar el impacto sobre la fauna, la flora y los usos tradicionales del pantano".
Les acciones se han centrado en el pantano de la Torrassa, el único lugar de Cataluña donde se actúa regularmente contra esta especie, aunque el elodea también se ha localizado en las cuencas del Besòs, del Llobregat y de la Noguera Pallaresa. La brigada de control de especies exóticas invasoras de Forestal Catalana ha participado activamente en la operación, contando también con la colaboración de Endesa para mantener un nivel de agua suficientemente bajo en el pantano durante los trabajos.
Un problema creciente para el ecosistema pirenaico
El Elodea canadiensis, desde su introducción, ha colonizado progresivamente todos los márgenes del embalse, desplazando las plantas acuáticas autóctonas y poniendo en grave riesgo la salud del ecosistema acuático local. Su presencia provoca varios efectos nocivos: disminuye la circulación del agua, compite con la vegetación local e impacta negativamente sobre la fauna acuática.
Según ha explicado Garriga, esta "especie exótica invasora afecta la biodiversidad y las actividades recreativas en el pantano de la Torrassa", entre las cuales destaca especialmente la pesca, una actividad tradicional y económicamente importante en la zona. La colonización acelerada de esta planta representa un reto ambiental significativo para la conservación de los ecosistemas acuáticos pirenaicos.