Gallinas para autoconsumo en Catalunya: este es el límite de ejemplares
La normativa catalana establece requisitos sanitarios obligatorios para la cría doméstica de aves, prohibiendo su comercialización y exigiendo registro en el REGA

Gallinas para autoconsumo.
La Generalitat ha establecido límites claros para la tenencia de aves destinadas al autoconsumo familiar, fijando un máximo de 30 gallinas ponedoras y 50 pollos. Esta normativa, regulada por el Decreto 40/2014 del 25 de marzo, busca garantizar tanto la sanidad animal como la inocuidad de los productos avícolas destinados al consumo doméstico, según ha informado la Conselleria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación a través de un comunicado oficial.

Agricultura y ganadería
Pollos y gallinas ponedoras de autoconsumo en Catalunya: así hay que registrarlos para evitar multas
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Las granjas avícolas de pequeña escala destinadas al autoconsumo están sujetas a una serie de exigencias sanitarias fundamentales, entre las que destaca la obligatoriedad de adquirir los animales exclusivamente en establecimientos inscritos en el Registro de Explotaciones Ganaderas (REGA). Asimismo, estas pequeñas explotaciones deben estar también registradas en dicho censo oficial, lo que permite a las autoridades mantener un control efectivo sobre la población avícola en toda la comunidad autónoma.
Normativa flexible pero con controles sanitarios imprescindibles
Uno de los aspectos más relevantes de esta regulación es su enfoque pragmático respecto a posibles incumplimientos. Al tratarse de producciones que no permiten la comercialización y cuyo riesgo para la seguridad alimentaria general es limitado, la normativa catalana contempla un mecanismo de advertencia previa antes de iniciar procedimientos sancionadores. Este sistema otorga a los propietarios un plazo para subsanar las deficiencias detectadas y adecuarse a los requisitos establecidos.
"Como el autoconsumo no permite la comercialización y no significa riesgo para la seguridad alimentaria, la norma actual permite hacer una advertencia antes de proponer un expediente sancionador y el propietario de las gallinas puede dar cumplimiento a las medidas requeridas dentro de un plazo", señala el comunicado de la Generalitat.
Este enfoque busca un equilibrio entre garantizar estándares sanitarios mínimos y facilitar una práctica tradicional que contribuye a la soberanía alimentaria familiar y a mantener vivos conocimientos agrícolas ancestrales en entornos rurales y periurbanos.
Censo de explotaciones avícolas domésticas en Catalunya
El registro oficial catalán ofrece un panorama detallado de la distribución de estas pequeñas granjas domésticas. Actualmente, se encuentran censadas y en estado activo un total de 4.812 explotaciones que cuentan con gallinas o pollos destinados al autoconsumo. De este total, 3.467 instalaciones están dedicadas específicamente a la producción de huevos mediante gallinas ponedoras.
Además, el registro distingue una categoría específica de explotaciones avícolas de pequeña capacidad, contabilizando 176 instalaciones de este tipo, de las cuales 125 albergan gallinas ponedoras. Esta clasificación diferenciada permite adaptar los requisitos sanitarios y de bienestar animal a la escala y finalidad de cada tipo de instalación.
La importancia de este censo radica en su utilidad para la implementación de programas de vigilancia epidemiológica y control de posibles enfermedades que podrían afectar tanto a la población avícola doméstica como a la comercial. Enfermedades como la influenza aviar o la salmonelosis requieren sistemas de alerta temprana en los que incluso las pequeñas explotaciones juegan un papel relevante.
Beneficios del autoconsumo avícola responsable
La cría doméstica de aves para autoconsumo, cuando se realiza respetando la normativa vigente, aporta numerosas ventajas tanto a nivel familiar como medioambiental. Entre los principales beneficios destacan el a proteínas de alta calidad (huevos y carne) producidas bajo condiciones controladas por los propios consumidores, la reducción de la huella de carbono asociada al transporte de alimentos, y el aprovechamiento de restos orgánicos domésticos como parte de la alimentación de las aves.
Estas pequeñas explotaciones también contribuyen al mantenimiento de la biodiversidad genética, especialmente cuando los criadores optan por razas autóctonas catalanas como la Penedesenca, la Empordanesa o la Prat, conocida por sus característicos huevos de cáscara oscura y sus patas azuladas.
Distribución territorial de las granjas domésticas
La tradición de mantener pequeños gallineros familiares se distribuye de manera desigual por el territorio catalán, con mayor presencia en zonas rurales y municipios con menor densidad poblacional. Las comarcas del interior como Osona, el Berguedà, la Garrotxa o el Ripollès presentan una mayor concentración de estas instalaciones, mientras que en el área metropolitana de Barcelona, aunque menos numerosas, también existen iniciativas de este tipo, especialmente vinculadas a huertos urbanos comunitarios y proyectos de agricultura social.
Esta distribución responde tanto a factores culturales y tradicionales como a las limitaciones espaciales propias de los entornos urbanos densamente poblados, donde resulta más complejo disponer del espacio adecuado para el mantenimiento de estas pequeñas explotaciones.
¿Qué documentación se necesita para registrar una explotación avícola de autoconsumo?
Para registrar oficialmente una explotación avícola de autoconsumo en Catalunya, los propietarios deben presentar una solicitud formal ante la oficina comarcal del Departament d'Agricultura correspondiente a su ubicación. Esta solicitud debe ir acompañada de documentación que acredite la titularidad o derecho de uso del terreno donde se ubicarán las aves, un croquis de las instalaciones y un plan básico de manejo sanitario que incluya medidas de bioseguridad adaptadas a la escala de la explotación.
Una vez completado el registro, los propietarios recibirán un código REGA único que identificará su explotación en todas las gestiones oficiales relacionadas con la sanidad animal y el control de movimientos de ejemplares. Este registro es gratuito pero obligatorio, y debe actualizarse cuando se produzcan cambios significativos en las instalaciones o en el censo de animales.
¿Cómo afectan las alertas sanitarias a las pequeñas explotaciones?
Durante situaciones de alerta sanitaria, como brotes de enfermedades aviares de declaración obligatoria, las pequeñas explotaciones para autoconsumo quedan sujetas a las mismas restricciones y medidas preventivas que las granjas comerciales. Esto puede incluir confinamientos temporales de las aves, restricciones de movimientos o incluso vacunaciones obligatorias en determinadas circunstancias.
Las autoridades veterinarias catalanas realizan inspecciones periódicas y aleatorias a estas instalaciones, especialmente en períodos de mayor riesgo epidemiológico como las migraciones de aves silvestres que pueden actuar como vectores de determinadas enfermedades. La colaboración de los propietarios de estos pequeños gallineros resulta fundamental para la efectividad de las redes de vigilancia epidemiológica territorial.